miércoles, 2 de enero de 2013

EL CAMINAR DEL CRISTIANO



La vida cristiana es un caminar por en medio del desierto de este mundo, en el cual, al igual que el peregrinaje de Israel rumbo a Canaán, encontraremos gigantes, fieros enemigos, incredulidad, deseos de regresar a Egipto, es decir, regresar al mundo, falsos profetas como Balaam que buscarán maldecir al pueblo para que no prospere en el camino que el Señor le ha demarcado.

La historia del pueblo del Señor ha sido una historia de luchas, de contiendas, porque como dice Pedro, tenemos a un adversario, el diablo, quien como león rugiente anda buscando a quién devorar (1 Pedro 5:8).

Adán y Eva fueron creados para vivir en comunión perfecta con su Dios, pero muy pronto que ellos son puestos en el paraíso, Satanás les insinúa la rebelión contra la Palabra de Dios, mostrándoles de manera engañosa los buenos y codiciables frutos que generaría dicha desobediencia, entrando así el pecado en el mundo bueno que había creado el Señor.
 
Al igual le sucede al hombre Cristiano, una vez Dios le empieza a dar el paraiso, vienen los peligros y la forma engañosa del enemigo a querer arrebatarle lo bueno haciendole creer que todo es en vano luchar. no dejes de mirar a Cristo y ten la confianza en él, porque el es tu creador y nunca te abandonara.
 
Los hijos de Dios, es decir, los hijos de la línea de la fe, de la línea de la salvación, son atrapados por el engaño de la belleza de las hijas de los hombres, es decir, la línea de la rebelión y la desobediencia, de manera que en esta mezcla el pueblo del Señor se ve grandemente afectado y el engaño y la desobediencia se generalizan en el mundo, el resto de la historia bíblica, y de la historia universal, es testigo de cómo el pueblo del Señor, el pueblo escogido, es atrapado una y otra vez por las mentiras de Satanás, entrando en períodos de decadencia espiritual, de manera que se aparten del Dios vivo.

Pero solo hay una solucion y esa es Cristo nuestro Rey, pues cuando Cristo viene a este mundo trae el mensaje final de la revelación divina, a través del cual el hombre puede encontrar el camino de reconciliación con Dios. Jesús mismo es la revelación encarnada del Padre. De manera que nosotros podemos ver con claridad esa verdad que nos hará libres.  y es aquel ser divino que nos hará cantar:
 
Buscaron de quebrantarme
de matarme sin piedad,
y como bandera al viento
volví de nuevo a flamear.

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