jueves, 7 de mayo de 2020

LOS PARALÍTICOS ESPIRITUALES


Paraliticos Espirituales - YouTube
JUAN 5: 1-15
Empecemos por notar que la primera parte de los comentarios relatados en este pasaje tuvieron lugar en un estanque llamado Betesda, que significa casa de la misericordia y que tenía a sus alrededor cinco pórticos en los que se cobijaban una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos.
Pero entre todos los enfermos había uno por el que Jesús se interesó de manera especial. Se trataba de un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba sufriendo mientras esperaba una sanidad que nunca llegaba. Cuando Jesús inició la conversación con él, lo primero que le dijo nos puede parecer algo ridículo: "¿Quieres ser sano?".
Pero nunca hay nada absurdo en lo que el Señor hace. De hecho, el Señor estaba abordando el problema en su misma raíz. Porque aunque nos pueda parecer extraño, hay muchas personas que están enfermas y prefieren continuar en su estado, ya que éste les atrae por la lástima que producen y la ayuda de otros.
Y peor aún, tu les ofrece la solución a sus problemas, como es el invitarlos a buscar a Cristo y lo que recibes como respuesta es; “Vamos  ver si vamos” un vamos a ver que nunca realizan.
Se puede percibir ese estado que no quieren salir del problema ¿Cuántos hay que a pesar de tantos fracasos en la vida, no quieren acudir a Dios en busca de una solución a su situación?
Viven sin poder escapar de su dilema personal, de los problemas y el vacío de su alma, y sin embargo se niegan a ser sanados moral y espiritualmente. A pesar de que se sienten totalmente insatisfechos con su situación, prefieren resignarse como excusa para no hacer nada y así seguir viviendo de la misma manera que les causa sus problemas.
Ahora miremos en el texto bíblico, ante la pregunta que le hace nuestro señor Jesús, el paralítico, este busca la excusa perfecta para justificar su situación, pues si observamos bien el texto, nuestro señor Jesús no le estaba preguntando si tenía quien lo metiera en el estanque. Así encontramos muchas personas, que ante el llamado a buscar a Jesús, buscan cantidades de excusas para justificar su situación o condición pecadora. Y esta condición de frustración les impide darse cuenta de que tienen delante de ellos la verdadera solución a su situación, tal como le pasó al Paralítico, no podía ver que tenía delante de él al hijo de Dios.
Ahora más inquietante se nos hace cuando después de haber sido sanado, este no busca agradecer al señor, allí en el texto bíblico no relata esto, más bien nos dice que Jesús es el que luego le halla de nuevo y le alerta a dejar el pecado.
V- 14. "Has sido sanado; no peques más para que no te venga alguna cosa peor"
Estas palabras del Señor nos sorprenden.
¿Qué podía haber peor que pasar treinta y ocho años paralítico, tirado en el suelo y olvidado de la sociedad?
Sin duda es posible encontrar tragedias mayores en un mundo como el nuestro.
Pero ¿a qué se refería el Señor? Pues indudablemente tiene que ver con el castigo eterno. Y la única forma de evitarlo es seguir las indicaciones de Jesús: "No peques más".
Para terminar este mensaje nos quedamos con una sensación un tanto extraña. ¿Por qué decidió Jesús sanar a aquel paralítico? Por un lado, el enfermo ni sabía quién era Jesús, ni tampoco esperaba nada de él. Además, una vez sanado, el Señor le tuvo que advertir seriamente que no siguiera viviendo de la misma manera que hasta ese momento lo había hecho, para que no le viniera alguna cosa peor, lo que nos hace pensar que después de su sanidad, no parecía tener intenciones de cambiar espiritualmente.
Así se encuentran muchas personas en el mundo, enfermos en lo natural y en lo espiritual, son sanados en lo natural por el señor, pero siguen enfermos espiritualmente, paralíticos, ciegos, y cojos.
Y lo podemos discernir porque una vez reciben sanidad del señor no tienen la más mínima intención de cambiar de pensar y su carácter sigue siendo la de un pecador.

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