jueves, 7 de mayo de 2020

LA PRUDENCIA Y EL CREYENTE


La Tarea De Ser Un Cristiano Prudente - Cristianismo

Proverbios 22:3. El avisado ve el mal y se esconde; Mas los simples pasan y reciben el daño”.
En este tiempo en que la humanidad está enfrentando una crisis de salud por consecuencias del pecado, es muy frecuente encontrarnos con personas y aun creyentes que manifiestan, a otros creyentes, “donde está la fe”. En una forma religiosa.
Para qué vamos a tomar medidas, nosotros podemos estar tranquilo porque tenemos fe”. Y en ese sentido es que el señor nos trae esta palabra. 
Se puede ser un creyente de fe, pero cuidado no sea que estemos tentando a Dios con nuestro obrar. Porque para eso él nos dejó su palabra. Vamos a analizar varios versículos bíblicos los cuales no da el señor para enfrentar esos ataques que son comunes contra el creyente, para probarlos como verdaderos cristianos.
Ahora en el versículo que acabamos de leer, podemos observar que el señor nos manda a ser prudentes ante el peligro.
Prudencia, es una cualidad que debe tener todo cristiano, porque esto agrada a Dios, pero ¿qué significa en realidadAlgunos la entienden como el manejo correcto de las palabras, otros en cambio, como conducta de juicio cabal en la cual las personas demuestran su equilibrio emocional o simplemente una conducta moderada, es decir el saber obrar. Pero en realidad ¿Dónde se encuentra la fuente de su significado?
Para encontrar las respuestas correctas debemos buscar en la palabra de Dios, como la única fuente de verdad y sabiduría que nos hará conocer el valioso significado de la prudencia.
Es necesario entender en primer lugar, que la prudencia es una senda por la cual todo cristiano debería caminar, porque Dios mismo la creó.
La prudencia nos enseña a conducirnos correctamente en cualquier situación. Por ejemplo: en nuestro hablar, evitando las palabras necias sin edificación y refrenando la lengua de todo cuanto quiera hablar, cuidando lo santo y verdadero.
Proverbios 10:19. "En las muchas palabras no falta pecado; mas el que refrena sus labios es prudente".
A veces empezamos hablar en una reunión con nuestros hermanos – familiares o vecinos, y en la tanta palabrería no falta el pecado contra nuestro prójimo, y vamos perdiendo nuestra santidad. Más la prudencia nos evitará el caer en nuestra propia justicia, porque sin prudencia llegaremos a pensar que lo que estamos diciendo o haciendo es lo justo y que estamos en la verdad, más dice:
Proverbios 12: 16. "El necio al punto da a conocer su ira; mas el que no hace caso de la injuria es prudente".
Aunque nos injurien o nos digan que no tenemos fe, que no somos cristianos, la prudencia no nos dejará caer. Porque la prudencia lleva al hombre a dejar la necedad y a buscar la sabiduría, es decir, a desechar actitudes, pensamientos, costumbres y conductas viciadas por el viejo hombre, con aquella naturaleza caída cuya característica sólo es el egoísmo, la falta de dominio propio, el apresuramiento y la insensatez. Obras de la carne manifestadas en actitudes y respuestas imprudentes, que sólo causan confusión, malestar y discordia.
Proverbios 13:16. "Todo hombre prudente procede con sabiduría; más el necio manifestará necedad".
La sabiduría en Dios da lugar a la actitud de prudencia, porque la sabiduría es lo que hace brillar el corazón del cristiano en el entendimiento correcto de las cosas.
Haciendo que en los hijos de Dios, siempre se encuentre dulzura de palabras, conducta agradable, gracia y favor en todo lo que manifiestan, libres de prejuicios y argumentos de mentira. Varones y mujeres prudentes que transmiten bien, en toda su forma de ser, por la sabiduría que recibieron de Dios, por eso dicen los proverbios;
Proverbios 16:21. "El sabio de corazón es llamado prudente, y la dulzura de labios aumenta el saber".
Proverbios 17:27. "De espíritu prudente es el hombre entendido".
Ahora, es hermoso entender que la Palabra de Dios, es la que hace prudente al hombre, por eso la necesidad de leerla constante mente, Jesús dijo; “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí” (Juan 5:39).
Porque en ella se encuentran los buenos fundamentos que lo llevarán a construir sobre la roca que es Cristo.
¿Cuándo estamos construyendo en Cristo?
Cuando escuchamos el consejo de Dios, aprendemos a ser prudente al oír y poner por obra su Palabra. Acción que además, nos hará prevenir y evitar el mal que la imprudencia y la necedad podrían causarnos. Nuestro señor Jesucristo no lo advirtió por medio de su palabra;
Mateo 7:24. "Cualquiera, pues, que me oye estas palabras, y las hace, le compararé a un hombre prudente, que edificó su casa sobre la roca".
La prudencia nos hará entendidos en el camino en el cual debemos andar, guardará nuestros pasos de la insensatez y la insolencia, para seguir el camino de la verdad y la vida, sin tropiezos.
Proverbios 14: 8. "La ciencias del prudente está en entender su camino; más la indiscreción de los necios es engaño".
Es tiempo de considerar la prudencia en nuestras vidas, es tiempo de dejar la imprudencia, es decir, la simpleza.
¿Qué es el simple bíblicamente?
Es la expresión dada en el AT que se traduce de la palabra griega “pethî”, "inexperto", "inocente", "que no sospecha"; alguien sobre quien fácilmente se puede ejercer influencia, ya sea para bien o para mal, y a veces alguien que, además, es moralmente débil.
Proverbios 14:15-16. "El simple todo lo cree; más el avisado mira bien sus pasos. El sabio teme y se apartará del mal; mas el insensato se mostrará insolente y confiado".
Ahora, cuando la palabra nos pide el dejar de ser simples, es el dejar de hacer las cosas a la ligera y pensar correctamente en aquello que es conveniente decir o hacer.
Para terminar, sólo queda decirles que la prudencia en Dios es la capacidad de;
·        Seguir el buen consejo.
·        De mostrar mansedumbre y calma ante las ofensas.
·        Es saber dar una respuesta adecuada.
·        Es aprender a callar cuando no es oportuno hablar.
·        Es reflexionar con cuidado en toda circunstancia adversa, antes de reaccionar equivocadamente.
·        Y es ser entendidos en todo lo que hacemos y decimos, con la sabiduría de Dios.
Miremos un ejemplo, dado por nuestro señor Jesucristo, quien fue prudente como ejemplo a nosotros.
Juan 7: 1-9.
Después de nuestro señor haber exhortado a los discípulos y la multitud que le seguía, y de donde muchos se devolvieron atrás por que sus palabras les parecieron muy dura, y de haber conocido que le buscaban para matarle, el señor Jesús usaba la prudencia.

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