Que hermosas palabras y enseñanzas podemos encontrar en la carta escrita por el Apostol Pablo a los Corintios, hace mucho tiempo que no venia escribiendo en esta pagina, pero hoy el Espiritu Santo de Dios, me motiva hacerlo, haciendo una gran reflexión en esta carta del Apostol, más exactamente en el verso 12, todas las cosas nos son licitas, muchos dirán hasta lo prohibido por Dios, claro que si, hasta lo prohibido por el señor, te es permitido hacerlo, pues tenemos un padre celestial que no maneja nuestra mente, ni la obliga, (él podria hacerlo) pero es que el nos dio un libre albeldrio y él respeta ese libre albeldrio, pero si te advierte si sigues leyendo el versiculo 13, "LAS VIANDAS PARA EL VIENTRE, Y EL VIENTRE PARA LAS VIANDAS, PERO TANTO AL UNO COMO A LAS OTRAS DESTRUIRA DIOS" dice que lo uno y lo otro él destruira, entendiendo que tanto lo prohibido como el que hace lo prohibido serán destruidos por el señor.
Que es glorificar a Dios con nuestro cuerpo? si todo me es lícito, mas no todo me conviene, es claro que muchas cosas hay que con mi cuerpo puedo hacer y no lo debo hacer, debo tener en cuenta que este cuerpo es parte o miembro de señor Jesús, continua leyendo el versiculo 15 donde te manifiesta que tu haces parte de Cristo, y al hacernos parte de Cristo somos llamados a una santidad.
En muchas ocasiones no comprendemos estos pasajes que el Apostol Pablo nos escribe bajo la inspiración del Espiritu Santo, y hacemos cosas como el permitir que la era moderna nos inunde en nuestros sentidos, contaminando todo nuestro cuerpo, cuando vemos, escuchamos, musica, lectura y videos que nada aprovechan y que no tienen nada de Dios, este es llamado para ti joven que usas tanto estos medios del internet, no te quiero decir que son prohibidos por el señor, no es la forma como lo usas y lo que tu haces con estos medios, ellos son edificantes cuando los usamos para la gloria y honra de nuestro padre celestial.
¿Es posible contaminarse física y espiritualmente? Por supuesto que sí. Lo complejo del asunto son las consecuencias que se desencadenan después. Los cristianos debemos ser conscientes de este problema, porque de manera voluntaria o involuntaria podemos abrir puertas al mundo de las tinieblas. Le invito que entendamos el asunto. Es fácil los seres humanos tenemos tres componentes esenciales. Dos son invisibles: el alma y el espíritu, y un tercero, de carácter visible: nuestro cuerpo.
Ahora bien, luchamos con nuestra inclinación pecaminosa. Es una batalla que libramos siempre. Por esa razón es imperativo que nos sometamos al proceso de santificación, que proviene del griego agios que traduce separado. ¿De qué? Del pecado. Cuando pecamos, el cuerpo, alma y espíritu se ven afectados. Sufren contaminación. Y el apóstol Pablo fue claro al advertir que el pecado produce muerte ( Romanos 6.23).
En la Internet, podemos tener contaminación sexual por medio de lo visual. Una de las principales contaminaciones de orden espiritual que afectan el cuerpo, es el pecado relacionado con la inmoralidad, y específicamente, las relaciones sexuales ilícitas. Hay un pasaje que le invito a leer en la tranquilidad de su casa: el primero es Romanos 1:23 - 25, estos te ayudaran a comprender los versiculos de que trata el Apostol Pablo en 1 Corintios 6; 15 - 19.
Comprendemos por la Biblia que la inmoralidad sexual termina ejerciendo dominio, y lleva a la persona, no solamente a quedar cegada sino también, a un proceso de estancamiento o revés en todos los órdenes, como tambien a cometer actos inmorales, embotando la mente humana hasta el punto de convertirlo en un ser monstruoso, hoy en la actualidad el hombre en las grades ciudades y poblaciones de Colombia lucha contra este mal, lo conocemos como violencia sexual en la mujer, publicado por los medios de comunicación, donde presentan casos de abuso sexual y otros demanes en el transporte publico Transmilenio.
El apóstol Pablo elevó una advertencia contundente sobre los peligros que corremos y la forma como debemos rendir a Dios adoración: Lograrlo es posible. Se fundamente en dos cosas: la primera, decisión personal, y la segunda, sometimiento e intimidad con Dios. Si obramos así, el Señor obra la santificación en nuestra existencia: “Que Dios mismo, el Dios de paz, los santifique por completo, y conserve todo su ser —espíritu, alma y cuerpo— irreprochable para la venida de nuestro Señor Jesucristo.”(1 Tesalonicenses 5:23, Nueva Versión Internacional)
No podemos olvidar que honramos a nuestro Padre celestial con el cuerpo, y que el cuerpo mismo es templo donde Él mora: “¿Acaso no saben que su cuerpo es templo del Espíritu Santo, quien está en ustedes y al que han recibido de parte de Dios? Ustedes no son sus propios dueños; fueron comprados por un precio. Por tanto, honren con su cuerpo a Dios.”(1 Corintios 6:19, 20, Nueva Versión Internacional)
DIOS LES BENDIGA.
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